sábado, 11 de noviembre de 2017
sábado, 4 de noviembre de 2017
martes, 31 de octubre de 2017
El llamado del pucuyo
Su canto me llegaba desde alguna parte
Por el rumbo del cementerio
Rompiendo con su látigo
El silencio de la prima noche
Y la conjugación lóbrega y mortuoria
De la noche y el cementerio
Me hacían creer que el pucuyo
Esperaba a los muertos a la vera del camino
Y los guiaba al otro mundo
Dando saltos en ciego sobre el ripio del camino
Conjurando los últimos rescoldos de la vida con su canto aciago
Misterioso y milenario
Como la existencia de la muerte
Una tarde me dijeron los ancestros que ya se iban
Ya era tarde y el pucuyo aguardaba
Es ahora o nunca dijeron
El viaje más seguro con el ave para no perderse en el camino
Esta noche llevo entre mis manos
La promesa de un amor eterno
Ha llegado el momento de ponerlo a prueba
El pucuyo ha saltado a mi camino
Y me ha pedido que lo siga
Va cantando sus letanías milenarias
Despejando las sombras del camino
Y aunque tanto bien me haga
Estoy seguro de que no tiene para mi nombre
Un escudo contra el olvido
Por el rumbo del cementerio
Rompiendo con su látigo
El silencio de la prima noche
Y la conjugación lóbrega y mortuoria
De la noche y el cementerio
Me hacían creer que el pucuyo
Esperaba a los muertos a la vera del camino
Y los guiaba al otro mundo
Dando saltos en ciego sobre el ripio del camino
Conjurando los últimos rescoldos de la vida con su canto aciago
Misterioso y milenario
Como la existencia de la muerte
Así que cada noche cantaba el pucuyo
Allá por el rumbo del cementerio
Y nadie lo escuchaba salvo este infame que nada entendía
La muerte era un caso
Pero no era el mío entonces
Porque aún ignorada que empiezas a morir el día que naces
Cada segundo, cada día
Te acercas más al canto del pucuyo
Una tarde me dijeron los ancestros que ya se iban
Ya era tarde y el pucuyo aguardaba
Es ahora o nunca dijeron
El viaje más seguro con el ave para no perderse en el camino
Tampoco entonces pensé en la muerte
Porque todavía me era negado comprender
El llamado del pucuyo
Y el ave cantaba cada noche allá por el cementerio
Y aunque yo lo atravesara de cuando en cuando
Aterrado hasta el trastorno
No había llegado el momento en que el ave me gritara
Y me dijera “sígueme ahora”
Esta noche llevo entre mis manos
La promesa de un amor eterno
Ha llegado el momento de ponerlo a prueba
El pucuyo ha saltado a mi camino
Y me ha pedido que lo siga
Va cantando sus letanías milenarias
Despejando las sombras del camino
Y aunque tanto bien me haga
Estoy seguro de que no tiene para mi nombre
Un escudo contra el olvido
Texto publicado en mi página de Facebook el 25 de abril de 2017
lunes, 4 de septiembre de 2017
Un poema para mi hijo
No quiero este silencio
Después de haber escuchado tu risa
No quiero el orden aburrido de los adultos
Después de haber conocido el regocijo de tus travesuras
No quiero ser libre
Después de haber sido aprisionado
En el tierno calabozo de tus abrazos
No puedo ser honrado con mayor título
Que el de padre que tú me has dado
Y que me ratificas cada día
No puedo profesar amor más grande ni más sincero
Que el que te dedico cuando te beso y cuando te abrazo
Más aún cuando te extraño
No puedo vivir sin ti
Después de haberte conocido
sábado, 15 de julio de 2017
Este día, en su lecho, sobre su cuerpo
Amanece un cielo cristalino
De azules de inocencia memorable
De cuando ser niño era ternura
De cuando ser adultos era el más grande sueño
Amanece un cielo cristalino
Y en su inmensa bóveda encuentro el nombre de ella
Un nombre que no se escribe con letras
Sino con brisa fresca y presagios de dicha incontenible
Es verdad que en ella mora la hermosura
Y que en sus ojos la niñez se quedó atrapada
Es verdad que en su risa lúdica
Yace el encanto de mujer seductora
Pero también es cierto
Que en su alma soñadora
En su corazón bravío que ama y se entrega
Arde la nobleza con el frenesí de sus pasiones inconfesables
Yo la quiero
Ella sabe que la quiero
Como solo quieren los malqueridos
Pero yo la quiero porque al final de cuentas
Yo también me quiero y ella es mi anhelo
Este día que amanece con el júbilo de las primeras veces
Ella que es mi cielo viene al oficio
De las ceremonias del alma y del cuerpo
Y yo he alzado altar a su nombre
Y sobre el fuego de la ofrenda he colocado
Los suspiros de mi pecho
Los besos de mi boca
Y los desafueros de la otra cara del cariño
Este día, en su lecho, sobre su cuerpo
Gota a gota me disuelvo…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)