Por el rumbo del cementerio
Rompiendo con su látigo
El silencio de la prima noche
Y la conjugación lóbrega y mortuoria
De la noche y el cementerio
Me hacían creer que el pucuyo
Esperaba a los muertos a la vera del camino
Y los guiaba al otro mundo
Dando saltos en ciego sobre el ripio del camino
Conjurando los últimos rescoldos de la vida con su canto aciago
Misterioso y milenario
Como la existencia de la muerte
Así que cada noche cantaba el pucuyo
Allá por el rumbo del cementerio
Y nadie lo escuchaba salvo este infame que nada entendía
La muerte era un caso
Pero no era el mío entonces
Porque aún ignorada que empiezas a morir el día que naces
Cada segundo, cada día
Te acercas más al canto del pucuyo
Una tarde me dijeron los ancestros que ya se iban
Ya era tarde y el pucuyo aguardaba
Es ahora o nunca dijeron
El viaje más seguro con el ave para no perderse en el camino
Tampoco entonces pensé en la muerte
Porque todavía me era negado comprender
El llamado del pucuyo
Y el ave cantaba cada noche allá por el cementerio
Y aunque yo lo atravesara de cuando en cuando
Aterrado hasta el trastorno
No había llegado el momento en que el ave me gritara
Y me dijera “sígueme ahora”
Esta noche llevo entre mis manos
La promesa de un amor eterno
Ha llegado el momento de ponerlo a prueba
El pucuyo ha saltado a mi camino
Y me ha pedido que lo siga
Va cantando sus letanías milenarias
Despejando las sombras del camino
Y aunque tanto bien me haga
Estoy seguro de que no tiene para mi nombre
Un escudo contra el olvido
Texto publicado en mi página de Facebook el 25 de abril de 2017