martes, 31 de octubre de 2017

El llamado del pucuyo

Su canto me llegaba desde alguna parte
Por el rumbo del cementerio
Rompiendo con su látigo
El silencio de la prima noche
Y la conjugación lóbrega y mortuoria
De la noche y el cementerio
Me hacían creer que el pucuyo
Esperaba a los muertos a la vera del camino
Y los guiaba al otro mundo
Dando saltos en ciego sobre el ripio del camino
Conjurando los últimos rescoldos de la vida con su canto aciago
Misterioso y milenario
Como la existencia de la muerte

Así que cada noche cantaba el pucuyo
Allá por el rumbo del cementerio 
Y nadie lo escuchaba salvo este infame que nada entendía 
La muerte era un caso 
Pero no era el mío entonces 
Porque aún ignorada que empiezas a morir el día que naces 
Cada segundo, cada día 
Te acercas más al canto del pucuyo

Una tarde me dijeron los ancestros que ya se iban
Ya era tarde y el pucuyo aguardaba
Es ahora o nunca dijeron
El viaje más seguro con el ave para no perderse en el camino

Tampoco entonces pensé en la muerte
Porque todavía me era negado comprender 
El llamado del pucuyo 

Y el ave cantaba cada noche allá por el cementerio
Y aunque yo lo atravesara de cuando en cuando 
Aterrado hasta el trastorno 
No había llegado el momento en que el ave me gritara 
Y me dijera “sígueme ahora” 

Esta noche llevo entre mis manos
La promesa de un amor eterno
Ha llegado el momento de ponerlo a prueba
El pucuyo ha saltado a mi camino
Y me ha pedido que lo siga
Va cantando sus letanías milenarias
Despejando las sombras del camino
Y aunque tanto bien me haga
Estoy seguro de que no tiene para mi nombre
Un escudo contra el olvido

Texto publicado en mi página de Facebook el 25 de abril de 2017

lunes, 4 de septiembre de 2017

Un poema para mi hijo

No quiero este silencio 
Después de haber escuchado tu risa
No quiero el orden aburrido de los adultos 
Después de haber conocido el regocijo de tus travesuras
No quiero ser libre 
Después de haber sido aprisionado 
En el tierno calabozo de tus abrazos
No puedo ser honrado con mayor título 
Que el de padre que tú me has dado 
Y que me ratificas cada día
No puedo profesar amor más grande ni más sincero
Que el que te dedico cuando te beso y cuando te abrazo 
Más aún cuando te extraño
No puedo vivir sin ti 
Después de haberte conocido