sábado, 8 de julio de 2017

La muerte irreversible del olvido

A veces siento en la frente y de manera tan palpable la notita de la muerte en la que se me informa que mi turno se acerca. Por alguna razón siempre que pienso en la muerte asocio su significado al del olvido. Creo que —me parece que alguien ya lo dijo antes— el olvido es la muerte definitiva, la irreversible, porque mientras alguien te recuerde, y alguien te nombre, vivirás todavía en esa persona por ese instante.
Todo el mundo tiene permiso de olvidarme, pero yo como un ser agradecido con la oportunidad de haber vivido estoy en la obligación de poner en marcha mi poder de supervivencia, aún en contra de la muerte irreversible del olvido. Por eso de cuando en cuando escribo anécdotas aleatorias, no por ti, que, si me lees, hombre, muchas gracias, sino por mí y por hijos, por mis nietos, que a la larga ellos también me van a olvidar, pero un poquito más tarde que los demás; pero yo moriré intentando inmortalizar mi nombre (porque le tengo miedo a la muerte, y al olvido).
Hoy estoy pensando en la muerte y como siempre ocurre me ha envuelto el olvido. Por un momento he olvidado que sigo vivo.

sábado, 24 de junio de 2017

La noche es un túnel

La noche es un túnel 
Luminoso y estridente 
Una supernova para el alma 
Que obliga a replantear 
Para bien o para mal
En tanto surgen nuevas historias
Nuevas promesas y hasta determinaciones de votos sempiternos 
Y llegada la aurora llega también la cordura 
Hasta que de nuevo al final de la tarde 
Vuelven los espectros de la pasión y la esperanza 
Duales todos 
A sumirnos en la decadente borrachera 
De los vicios del amor y los sueños

sábado, 10 de junio de 2017

Mi mayor fantasía

Mi fantasía más atrevida, inalcanzable todavía, es observar a una mujer. Descifrarla primero mediante el escrutinio, en su hábitat natural, sin el asedio del tiempo, sin la irreverencia de las palabras.
La desnudez de su cuerpo sería entonces el reflejo de la conquista de la desnudez de su alma.